Nos despertamos con seriedad. Mariela me trajo un café a la cama. En realidad casi todos los días me trae un café a la cama. No sólo eso, si no que tuvo la genial idea de traer al viaje un paquete de café colombiano que nos regalaron, y está buenísimo y Mariela es una genia. En fin, que la seriedad de la mañana resultaba de no haber podido sacar entradas para diversas pelis que queríamos ver. Algunas, simplemente, no aparecían entre las opciones del sistema electrónico. Salimos.
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Anunciada pero no proyectada: Macri gato. |
Bajamos al cajero y éste le hizo una jugarreta a Mariela. No le entregó la plata, a la vez que puso una placa diciendo que la transacción se había realizado correctamente. Finalmente descubrimos que no le descontaron nada pero subió un poco más nuestro nerviosismo. Fuimos a retirar entradas para las pelis que queríamos ver y la mina de una boletería nos dijo que no habían más entradas para acreditados, pero al mismo tiempo tenían 80 asientos a la venta para NO ACREDITADOS. Además, nos enteró que habían películas que estaban programadas pero nunca habían llegado. Entre esas, El Vampiro Negro, que la queríamos ver si o si.
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¿Por qué no pueden ser como yo? |
De vuelta en la calle marplatense, fuimos a buscar el auto. Condujimos hasta la siguiente película, en el estúpido Paseo Aldrey. El festival me estaba alterando, pero algo del lunes tuvo sabor a relajante muscular. Por empezar, la siguiente película.
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Soñando despierto o viendo cine sonámbulo. |
Cuando salimos de la sala y caminamos por el Shopping, me acorde del señor Burns diciendo "les traigo paaz".
La Torreta marplatense |
Mario Bross visita seguido la Torreta |
Mar del Plata desde el mirador |
el mirador desde el mirador. |
Parece obvio pero por las dudas aclaro: este es el interior de la Torreta. |
Una de suspenso: los acantilados. |
Actor Martinez: el interés por este mamotreto surgió porque el librito hablaba de una comedia, en la que un actor quiere ser famoso y cae en las garras de dos directores que tendrian otros planes para él. Cine independiente, yanquee, nuevo. Podría funcionar. Resultó ser la más idiota de las formas de bullying audiovisual jamás proyectada en un cine. Es decir, volvemos al explotation, pero esta vez, aún más extremo que las otras. Acá los petulantes directores te querían hacer creer que, la sola documentación (ni siquiera un documental) del proceso de hacer trabajar a un pobre tipo de actor, sería algo experimental que borra los límites de la ficción y la realidad, o que al menos podría ser interesante, o gracioso. Una vez más, lo gracioso pasaba por reírse del actor desocupado (e incluso latino) confundido en lo más hondo de su miserable existencia. Más que interesante, la idea era idiota y desagradable: sólo se ponía de manifiesto la diferencia de clases entre el actor contratado y los directores contratantes. Y, respecto al posible carácter "experimental" de la cosa, era una gran huevada: no había límites borrosos entre ficción y realidad, porque no había ficción alguna.
Al terminar la función el imbécil que "hizo" esta cosa se paró enfrente de todos a responder preguntas. Cabe destacar que mucha gente se mató de risa y aplaudió. Me animé a levantar la mano y preguntarle al tarado si no creía que el resultado final era una película que sólo ponía de manifiesto una diferencia de clases y nada más. El tipo sonrió somo si estuviera diciendo algo gracioso, y dijo "si". Después agregó un justificativo de lo más curioso: "el actor nos pidió hacer la película". Yo me acordé que hay ciudades en los que niñas ofrecen su cuerpo por dinero a los viajantes. Cuando salía un pelado me dijo: "eh, yo le iba a hacer la misma pregunta... porque soy sociólogo".
Cenamos de madrugada en uno de esos abierto 24 hs. Pasó caminando el director infeliz aquel y me dieron ganas de increparlo en medio de la noche bonaerense. Venía escoltado por un gorila cocainómano que tenía corte de pelo militar, músculos en el cuello y no paraba de hablar. Decidí mantenerme sumiso. Por suerte estaba con Mariela. Esos momentos son los peores para sentirse solo, porque el mundo se despliega como un sitio cruel, y uno tiene la sensación de ser loco sin estarlo. ¿Quien podría entenderme, si cago a trompadas a un director de cine yanquee en el transcurso de un festival?
Antes de volver a casa dimos unas vueltas con el coche. Estábamos medio manija y nos mandamos hacia el "Punto de Encuentro". Mariela se fue al baño. Delante mío cruzó el pelado que me había hablado en el cine. Le dije "eh sociólogo, ahí está tu director", y señalé hacia un costado. El director estaba recostado cancheramente contra una baranda y hablaba con unas minas. Trago en la mano, media sonrisa clavada. El Pelado dijo "vamos a cagarlo a trompadas"; y intenté prevernirlo: "ojo, tiene un nazi que lo proteje". El pelado cambió su cara cuando oyó la palabra "Nazi" y avisó: "yo soy de Tel Aviv, bah soy de Ahedo pero viví en Tel Aviv".
El "Pelado de Tel Aviv" demostró estar bien dispuesto a pelear contra un nazi. Nunca pasó. En cambio apareció un viejo conocido que siempre da mucho gusto ver: Naza. Quería charlar con él pero el Pelado de Tel Aviv era un interlocutor implacable. Nos contó que vio el estreno de Matrix en un cine de Nueva York sin saber de qué se trataba. Además de Israel, conocía muchos lugares.
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Actor famoso llamando a su hembra |
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